Otelo

Movido por la ambición y la envidia, Yago conspira contra Otelo, su jefe militar y amigo, y lo hace mediante la persona que Otelo más ama, Desdémona, su joven esposa. Yago mueve los hilos de una trama que despierta los celos de Otelo. Todos vemos que el general moro es víctima de un engaño, que Desdémona es la mujer más fiel y amante de su esposo que pueda haber. Pero una vez puesta la semilla de los celos en el pecho de Otelo, ésta germina y crece hasta enloquecerlo.

Otelo es una de las tragedias más conocidas de William Shakespeare; la escribió en el año 1603 y se representó por primera vez en el 1604 en Londres. En esta obra, Shakespeare crea uno de esos prototipos humanos que se incorporan al imaginario colectivo como símbolo de la pasión que lo mueve: Otelo. Hablar de Otelo es hablar de celos; unos celos poderosos y ciegos, capaces de destruir aquello que más aman, en este caso, a Desdémona. Pero si bien Otelo es el protagonista de la tragedia, Yago es el motor; es su mente perversa y enfermiza la que urde un plan que se desarrolla a lo largo de toda la obra y mantiene la tensión dramática desde el principio hasta el final. Sin duda, Yago es uno de los personajes más malvados y odiosos que ha salido de la pluma de este gran dramaturgo.